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Thursday, June 02, 2011

Ese donquijotesco Celso

Uno podía encontrar a aquel inmenso bajito caminando por los pasillos del instituto Reino Aftasí de Badajoz. De rostro enjuto, mirada inteligente, voz imponente y elegancia legendaria, Celso se caracterizaba por sus gafas pequeñas, su desafiante sombrero y por los tres o cuatro libros que jamás faltaban bajo su brazo. Podía aconsejarte escritores griegos de novela negra, citarte a Alonso Quijano o analizar la última novela de Paul Auster. A los alumnos les gustaba hacer apuestas entre ellos, ¿quién sería el primero que lograra burlarse de él con alguna pregunta trampa? Sus respuestas, tan contundentes como ingeniosas, les hacían perder siempre.

Aunque supiera que esto iba a pasar, nunca me lo acababa de creer. Llevo todo el día dándole vueltas a algunos de los momentos que pasé con él; cuando lo alcé a hombros con otro compañero en medio de una comida para que lanzara su discurso, cuando me contó el accidente de coche que había tenido su hija, cuando me contagió esa deliciosa afición de coleccionar El Quijote en cada idioma, cuando en La Tahona, entre evaluación y evaluación, criticaba a los escritores suecos porque en sus libros "hay muchas palabras"...

Los buenos profesores nunca mueren, dejan una estela imborrable, pasan un testigo inmortal, siembran unas fabulosas semillas... Y es que un Celso afecta a la eternidad. Por eso, aunque hace escasas horas abandonara este mundo con su elegancia de siempre, permanecerán, incrustados por los siglos, sus consejos, sus ideas, su infinita sombra. Además, Quijano recobró la cordura unos minutos antes de su fin; Celso no perdió nunca su genial locura.

10 comments:

Unknown said...

Seguro que Celso no recibe un obituario mejor.

María Blázquez said...

Me encanta cómo lo nombras: "ESE DONQUIJOTESCO CELSO".

cortázar said...

Gracias Sergio, resulta fácil inspirarse con un tipo tan formidable.Y María, ese es el adjetivo en el que primero pensé nada más conocerlo. Gracias por dejar por aquí vuestros comments.

elena torres said...

gracias, May, por conmoverme tanto y hacérnoslo recordar de esta manera.
Con lo presumido que era, estaría encantado con cada palabra tuya.

Lourdes Santos said...

Me gustaría reproducir tu comentario en nuestra revista del IES. ¿La recuerdas? Sendas, ya vamos por la edición nº6. Tu artículo es precioso y sería otra manera de homenajearlo.

cortázar said...

Ha sido un placer Elena.
Por supuesto Lourdes, será un honor para mí que el texto aparezca en Sendas, ya escribí un par de artículos allí si recuerdas.

Lourdes Santos said...

Sí, sí. Por supuesto que lo recuerdo.
Saludos.

Espe said...

Cualquier mínima vivencia propia en manos de Celso se convertía en una interesante investigación.
Espe

Lourdes Santos said...

Tu escrito sobre Celso ya está publicado en la revista Sendas. Aunque aún no tenemos la edición en papel, aquí puedes ver la digital.
Saludos

http://iesreinoaftasi.juntaextremadura.net/

cortázar said...

Muchas gracias Lourdes, el texto de Joaquín me ha gustado mucho, y el tuyo también, me ha traído muchos recuerdos de mi primer día, que, además, fue en el Reino.