
En un mundo sin religión no habría guerras árabe-israelíes, masacres serbio-bosnio-musulmanas, ablaciones de clítoris, terroristas suicidas, el sida se habría erradicado por el uso de preservativos... Todas las religiones se basan en absurdos. Si Jesucristo hubiera existido durante la revolución francesa, ¿hoy en día los cristianos llevarían colgada al cuello una guillotina?, ¿qué cantidad de opio se fumó san Juan para escribir el Apocalipsis?, ¿qué clase de raza es la humana si sólo hace el bien por una recompensa o para eludir un castigo?, ¿no es absurdo que en la actualidad nos asesinemos los unos a los otros por unas escrituras antiguas? Yo preferiría unos diez mandamientos del tipo: Tolera opiniones ajenas, intenta aprender siempre, sé libre para pensar algo opuesto al resto... Aquel que puede hacer que creas un disparate, podrá hacer que cometas barbaridades. Hombres buenos y malos siempre existirán, pero la religión es lo único capaz de hacer cometer atrocidades a hombres buenos. Resulta más grave el daño psicológico de esos sacerdotes irlandeses atemorizando a miles de fieles que sus horribles abusos sexuales. Es mejor enseñar a los niños a ser críticos y pensar, en lugar de hacerles creer que la fe indiscutida es una virtud, algo que les prepara para ser armas letales en yihads y cruzadas. Enseñarles cómo pensar y no qué pensar. Podemos estar ante el principio del fin, ya que a lo largo de la historia los vacíos del saber humano han sido ocupados por la religión, pero a medida que ha ido avanzando la ciencia, ese vacío ha ido disminuyendo, y, además, para los gobernantes la religión cada vez es menos eficaz en cuanto a mantener aletargada a la gente. Decía Victor Hugo que en todo pueblo hay una antorcha (el maestro) y un extintor (el sacerdote). Hitchcock, el especialista en asustar, estaba una vez conduciendo por Suiza, cuando miró por la ventanilla y dijo: Esta es la visión más espantosa que nunca he visto. Había un sacerdote conversando con un niño. ¡Corre pequeño, corre por tu vida! le gritó el cineasta.