Contador de cronopios

Free Hit Counter

Tuesday, January 23, 2007

Una de pablitos y juanitos.


Te fugas, no haces los deberes y no abres nunca un libro. Le decía Don Pedro al gandul de Juanito. Aprende de Pablo: todo sobresaliente, cuadernos inmaculados, trabajador y eficiente. Él será alguien en la vida… tú acabarás recogiendo colillas. Pasaban los años y las notas de Pablo mejoraban aún más, siempre a costa de un duro esfuerzo, mientras que Juanito era ya un caso perdido: Te arrepentirás de no haber estudiado. Le repetían. Pablo continuó superándose en la facultad: varias matrículas, muchos notables y 4 años para una carrera de 5 con curso erasmus incluido. Se había dejado la piel, pero no importaba porque al final tendría su recompensa. Mientras tanto, Juanito se levantaba a eso de las 12 y se iba al sol del parque a beber litronas y fumar canutos viendo a los jubilados jugar a la petanca. Pablo curró de camarero para pagarse un master de la hostia en el que le aseguraban empleo. Se piró a Madrid. A Juanito le dieron muchos puntos por lo de desempleado sin estudios así que consiguió una casa de P.O., aunque el Inem le obligó a hacer un cursillo de fontanero. Entre nómina y chapuzas se puso rápido en los 2000/mes. Consiguió vender la casa con un chanchullo e invirtió en otras dos. A Pablo le rechazaban los CV porque no tenía experiencia. Se le ocurrió opositar, para eso era un estudiante brillante. Aquella tarde de junio, después de un examen desafortunado, caminaba hacia Atocha con los otros 17497 con los que había optado a las 25 plazas. Entonces se encontró con Juanito, que iba en su Ferrari rojo descapotable agarrado a una rubia a lo Elsa Pataki. Éste le contó que llevaba desde abril de juerga y que se iba al pueblo a vender 5 chalets. Y Pablo le dijo: Si por casualidad ves a Don Pedro, dale recuerdos, a él y a la madre que lo parió.

3 comments:

Una madrileña said...

Moraleja: (esto es la primera impresión,si surge una reflexión más profunda la añadiré en un segundo comentario)¿Para qué currar tanto entonces?Es lo primero que se pasa por la cabeza aunque como de todo en la vida cada uno saca sus propias conclusiones.La gente tiene distintas aspiraciones o mejor dicho distintas metas.Como una vez dijo una diosita "no hay una única forma de hacer las cosas".Cada uno busca su felicidad de una forma distinta y todas deben de ser respetadas.Por eso aún no sé si quiero ser como Juan o como Pablo.Lo consultaré con la almohada.Si es q...no sé...

Besitos vía Madrid-Badajoz

Anonymous said...

Que sabia reflexión... En la vida todo es suerte.
Hay quien nace con estrella y quien nace estrellado.
De que lado estaremos?...

Evita said...

Quise enviar este comentario cuando leí esta historia de "Pablitos y Juanitos" en el periódico en aquel invierno de 2007, pero nunca encontré el momento. Este blog, con el que he dado por casualidad,me devuelve la oportunidad así que... ahí va:

"Pablito, Don Pedro y Evita"

Evita también fue discípula de Don Pedro e incluso compañera de clase de Pablito durante un curso (y de Juanito, claro, pero de él no se acuerda, nunca le interesaron los Juanitos). Eva también fue una alumna ejemplar y llegó a la facultad. Como Pablo, ella también hizo una carrera de cinco cursos en cuatro (aquellos ‘Planes Nuevos’), con curso Erasmus incluido y luego cuatro años más para conseguir un doctorado europeo: Don Pedro había enseñado bien a sus discípulos, puede estar orgulloso.
Eva entiende la frustración de Pablo (para ella tampoco ha sido nada fácil) pero no sus motivos. ¿De verdad aspira Pablo a un ‘ferrari’, y una rubia despampanante conseguidos gracias a la especulación y el engaño?
Eva se acuerda a menudo de Don Pedro, con nostalgia y cariño, y de lo mucho que le enseñó y le da las gracias a la madre que lo parió.